Una de las historias que aparecen en «La luz de Granada» está ubicada en ese momento clave de la ciudad en el que la histórica Alcaicería fue pasto de las llamas. También conocido como Mercado de la Seda, este emblemático lugar fue el corazón comercial de la ciudad en la Edad Media. Sin embargo, en 1843 sufrió un devastador incendio que se supone que surgió en una fábrica de cerillas.
Así pues, la Alcaicería que vemos actualmente es un «falso histórico», una reconstrucción que refleja el gusto romántico de la época, con su decoración arabesca inspirada en la Alhambra, visible en los mosaicos y arcos de yesería que adornan el área. Esta reconstrucción se aleja del diseño austero original del mercado, añadiendo un capítulo fascinante a la historia de Granada.
En la novela, se conocerá la historia de uno de esos vecinos a los que el incendio va a pillar de sorpresa y deberá proteger aquello que más valora.