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El cementerio de Cofete: un camposanto a pie de playa

Hace una semana que terminaba nuestro viaje de verano, que este año lo hacíamos a Fuerteventura, la isla canaria que más nos atraía por su peculiar paisaje. Durante seis días recorrimos cada una de las zonas de interés de la isla. desde El Cotillo a Corralejo, y desde la Isla de Lobos a Morro Jable. Sin embargo, si hay una zona de la que guardar un especial recuerdo esa es Cofete; y en especial, un curioso cementerio que se ubica a escasos metros del mar.

El pueblo de Cofete fue el primero que surgió en Jandía, al sur de Fuerteventura. Ubicado en el lado de barlovento, las montañas hacen que esta zona sea muy diferente al resto de la isla. Sus condiciones climáticas se caracterizan por tener un mayor índice de lluvias, así como una gran humedad provocada por los vientos alisios que predominan. Esto hace que la mayoría de los días la playa nos ofrezca un ambiente bastante misterioso, con las montañas que parecen disiparse por el efecto de las nubes bajas. De hecho, el camino hasta llegar al pueblo es toda una aventura. Debe realizarse a través de una única vía de acceso, un camino de tierra bastante angosto que discurre por las montañas que lo limitan y protegen. El trayecto, solo apto para conductores intrépidos, nos descubre un paisaje impresionante, que seguramente no hayamos visto antes, y del que se dice que es propio del relieve de otro planeta.

Fotografía: Jorge Moreno

Una vez llegado al pueblo, compuesto por menos de una decena de casas de piedra y un restaurante, nos dispusimos a ir a la playa, y allí descubrimos el cementerio, que tiene un poder de atracción muy fuerte. Es un recinto pequeño, a pie de playa, separado simplemente por unos muros de piedra bajos que pueden saltarse fácilmente y una puerta de madera en cuya placa de metal quedan grabados los nombres de los vecinos que allí descansan. Cada una de las tumbas queda marcada con algunas piedras que se depositan en montículo, así como algunas cruces de madera. Pequeños objetos como rosarios, cuencos y cerámica son los únicos recuerdos y señas de identidad que aparecen. Los primeros enterramientos se produjeron a finales de siglo XIX, y hasta entonces los vecinos se habían visto obligados a recorrer 40 kilómetros por el complicado carril para poder realizar el entierro de sus seres queridos. Así, durante varias décadas, y hasta 1956, los habitantes de Cofete dieron muestras de que la playa no parecía ser de nadie, y a la vez era de todos, y elegían encontrar allí su lugar de descanso una vez llegada la hora. Un lugar sin duda maravilloso desde el cual cielo y mar se confundían de forma increíble.

Como dato curioso, decir que el misterio de Cofete no solo queda relegado a su cementerio. sino también a la famosa casa Winter, de la que se dice sirvió como base de aprovisionamiento para la flota de submarinos nazis durante la Segunda Guerra Mundial. ¿Simple leyenda o hay cierta verdad en ella? Sea como sea, el paisaje de Cofete ofrece una gran experiencia para todos aquellos que busquen lugares singulares que descubrir.

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