Uno de los propósitos de este año era leer un poco más, y para ello decidí seguir el reto literario del profesor José Martin Aguado. A través de sus redes sociales, este docente propone a todos aquellos que quieran, escoger un libro al mes para leer de entre una serie de categorías. Así, los doce meses del año quedarían de esta forma:

 

A continuación, os hago una breve reseña de este primer trimestre que ya termina, con los libros que he podido leer, y que sin duda suponen un método eficaz y enriquecedor de pasar el tiempo en estos difíciles tiempos que estamos viviendo.

1. Enero: una biografía

«Matar a un ruiseñor», de Harper Lee

Esta novela de 1960, ganadora del premio Pulitzer, es uno de los clásicos de la literatura estadounidense. Había oído hablar mucho de ella, quizás también por su elogiada adaptación cinematográfica de 1962, pero hasta el momento no había tenido la oportunidad de leerla. Finalmente, el motivo que me hizo lanzarme a devorarla fue descubrir que este libro podría considerarse una biografía. La autora, Harper Lee, se inspiró en su niñez, en su familia y vecinos, y en un incidente que ocurrió cerca de su hogar cuando tenía 10 años.

En la novela encontraremos una mezcla de géneros muy interesante. En su primera parte, el ritmo ligero de una novela de humor sobre las andanzas y aventuras de una pandilla de niños, parece ser la tónica que impera. Sin embargo, pronto encontraremos matices y giros narrativos que nos llevan a una novela mucho más adulta, con temas tan interesantes y polémicos (aún más en el momento de su publicación) como el racismo, las diferencias entre clases o la violación.

En líneas generales, me ha parecido un muy buen libro, que además de tratar temas que son de interés general consigue ser muy dinámico. Por cierto, Harper Lee publicó la secuela, llamada «Ve, aposta a un centinela», 55 años después de la primera parte, en 2015, recibiendo críticas un tanto irregulares…

2. Febrero: un clásico de nuestra literatura

«El lazarillo de Tormes», anónimo 

Aunque parezca mentira, hasta ahora nunca me había leído (o al menos, no en su totalidad) el clásico «La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades» . Así que, aprovechando este reto, tras analizar qué libros considerados «fundamentales» me faltaban por leer, escogí esta obra anónima del siglo XVI, que se considera una de las primeras novelas picarescas.

Por todos es conocida su estructura y trama, pero es interesante darle una (u otra) oportunidad a esta curiosa historia, que cuenta la vida de un niño, Lázaro, del cual conoceremos sus desgracias y aventuras que lo llevan a ser siervo de distintos dueños. El libro, es un retrato fiel y realista de la sociedad de la época, destacando por ejemplo la despiadada descripción que se hace de miembros del clero, algo por lo que seguramente fuese prohibido durante varios siglos.

 

«El perro del hortelano», de Lope de Vega

El primer libro escogido para este mes se me hizo corto, así que no podía dejar de seguir aprovechando el reto y descubrir otro clásico desconocido para mi. En este caso, me decanté por Lope de Vega, y una de sus comedias más conocidas, propias del Siglo de Oro de nuestra literatura.

«El perro del hortelano», publicada en 1618, es una obra de teatro de tipo comedia palatina, es decir, que transcurre en un entorno noble, con personajes de cierta clase social, en este caso con una protagonista, la condesa Diana, que sufre una curiosa mezcla de deseo y celos hacia Teodoro, al cual no puede amar pero tampoco deja que sea amado por otra persona.

Este libro, de extensión breve, nos permite reconocer mejor que nunca el curioso refrán de «el perro del hortelano, que ni come ni deja comer». Tomando esta expresión de origen arábigo-andaluz de principios del siglo XI, Lope de Vega construye una historia en la que Diana parece ser como el perro del hortelano. Recordemos que el perro es un animal no vegetariano, y aunque no se come los vegetales del huerto de su amo, tampoco deja que otros animales se las coman.

3. Marzo: un libro basado en una historia real

«Cerrando puntos suspensivos», de Rozalén

Con la llegada de marzo, quise por fin empezar este libro que tenía en casa desde hacía un año. Había descubierto a la cantante Rozalén no hacía mucho, gracias a su segundo disco en el que se incluían canciones tan maravillosas como ‘La Puerta Violeta’ o ‘Justo’, y cuando supimos que lanzaba su primer libro rápidamente lo encargamos. Si por algo destaca esta manchega, es precisamente por sus letras, sencillas e inspiradoras, que cuentan historias reales y que tanto me transmiten. Y su libro «Cerrando puntos suspensivos» no podía ser menos.

En la obra encontramos capítulos más narrados, en los que Rozalén cuenta cómo fue su niñez, sus primeros años en la industria musical y el momento actual de su carrera; pero también aparecen otros mucho más reflexivos y poéticos, en los que habla sobre inspiración, el feminismo, las desigualdades sociales o la memoria histórica.

«Cerrando puntos suspensivos» es perfecto para abrirlo de vez en cuando y leer un fragmento. Sirve para hacerte pensar, para que tu mente vuele y cree algún pensamiento nuevo; y sobre todo sirve para conocer y enamorarte aún más de su autora.

 

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