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La concepción del límite en la obra de Liliana Porter

Liliana Porter es una de las artistas de mayor relevancia internacional, destacando por la gran originalidad de sus obras. Argentina de nacimiento (Buenos Aires, 1941) pero residente en Nueva York desde la década de los 60, esta artista contemporánea describe su particular y enigmático mundo a través de pintura, instalaciones, fotografía, vídeo, escultura e incluso teatro.

Cuando uno se acerca a sus creaciones, es consciente de que el caos ante el que se encuentra no puede ser fruto sino de un control exhaustivo y absoluto. Así, y como ocurre muchas veces con el arte contemporáneo, la lectura de sus obras se convierte en una acción bastante compleja, no literal. Porter suele trabajar con mecanismos como el humor, la ironía, el juego de escalas diferentes o el contraste de elementos y sensaciones contrarias. Sin embargo, el tema que más me interesa de su obra es el de su concepción de límite.

Para Porter, las cosas tienen dos límites, uno físico y otro virtual. El límite físico es estático y no cambia, tiene un tiempo y un contexto concreto. Pero el virtual es modificable y hace que se altere la concepción de la realidad de las cosas. En este sentido, algunas de sus obras empiezan en un momento concreto de su vida, pero están diseñadas de manera que acaben en otro.

En este sentido, la serie ’40 años’ nos presenta obras en las que se trazó una línea en 1973, que hoy puede estar colgado en una pared, y que puede tener una continuidad física mediante el trazado de nuevas líneas, que prolongan su límite físico de manera virtual. Estas líneas pueden incluso pasar de un formato a otro, y recorrer por ejemplo nuestra mano, haciéndonos parte de la obra. Así, el concepto del tiempo y su medida, así como el del límite definido queda diluido y se presenta como algo de lo que el espectador forma parte. ¿No es maravilloso?

Además de este concepto tan interesante, Liliana Porter ha trabajado otros temas que bien merecen ser citados en este artículo. En concreto, la serie ‘Trabajos forzados’ presenta a diversos personajes minúsculos que se enfrentan a situaciones que parecen estar fuera de escala. Pero pese a que deberían estar ofuscados y frustrados, los personajes se muestran impasibles, tranquilos y en su propio mundo. Con esto, la artista realiza una metáfora sobre lo que hacemos en la vida, que a veces ni sabemos a lo que nos lleva o la magnitud de sus resultados.

Porter continúa hoy trabajando y exponiendo sus obras por todo el mundo. El año pasado hubo una exposición que repasaba su carrera en el museo Artium de Vitoria, llamada ‘Diálogos y desobediencias’. Sin duda su obra siempre supone un interesante y transgresor diálogo entre espectador y arte.

2 comentarios en “La concepción del límite en la obra de Liliana Porter”

  1. ¡Si que es maravilloso! Que gran artista y que gran mente. Super interesantes los conceptos con los que trabaja y como los resuelve.
    Gracias por el post

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