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‘Disney: El arte de contar historias’, en el CaixaForum Madrid

En casi todas mis visitas a Madrid tengo por costumbre acudir al CaixaForum. Desde la primera vez que supe de él me enamoré totalmente. Su ubicación, la historia de su edificio y la rehabilitación que conllevó, su estética brutalista y su oferta cultural me parecen de lo mejor de la capital. Y si encima añadimos que había una exposición dedicada a Walt Disney no necesitaba ninguna excusa más para repetir visita.

‘El arte de contar historias’ es el nombre que recibe esta muestra, que ya estuvo en Barcelona y que se mantendrá en Madrid hasta el mes de noviembre. ¿Qué podemos encontrar en ella? Dibujos sobre papel, acetato, impresiones digitales, storyboards y proyecciones de algunas de las obras clásicas de la factoría Disney. Es una recopilación del gran talento y creatividad que siempre ha envuelto a Disney, y que sin duda hará las delicias de cualquier amante del diseño y la animación.

La visita se ordena en cinco espacios. En primer lugar nos encontramos la sala Mitos, a través de la cual se pueden ver trabajos de la producción de cintas míticas como ‘Fantasía’ o ‘Hércules’, y otras más desconocidas como ‘La diosa de la primavera’ (que formaba parte de las Silly Simphonies) o ‘El Rey Midas’. De esta parte lo mejor será sin duda descubrir cómo los artistas Albert Hurter y Hamilton Luske crearon en 1934 al personaje de Perséfone, que bien podría ser una clara referencia para la posterior ‘Blancanieves’ (1937). Además, tengo que reconocer que me emocioné especialmente a ver los bocetos de ‘Hércules’ (1997) y descubrir esos documentos tan maravillosos como son los ‘guiones de rodaje’ que mezclaban ilustraciones a modo de storyboard con el script.

 

A continuación, nos encontraremos con la sala dedicada a las Fábulas. Confieso que cuando era pequeño no era un gran amante de este tipo de películas donde los protagonistas son animales y siempre hay una moraleja final, pero con los años he aprendido a encontrar la parte interesante de dar ese antropomorfismo a cintas como ‘Zootrópolis’, donde los personajes siendo animales son mucho más curiosos y carismáticos que si fueran simples humanos. Pues bien, en esta sala encontraremos referencias a clásicos como ‘Los 3 cerditos’ (1933), ‘La liebre y la tortuga’ (1935), ‘El sastrecillo Valiente’ (1938) o ‘Lo mejor de Donald’ (1938). La parte más curiosa de esta sala es la historia que surge alrededor de la figura del Pato Donald, que fue creado para este filme. Por petición de la esposa del presidente Roosevelt, Walt Disney adaptó el cuento ‘Pedro el Desgreñado’ haciendo que el personaje fuese un vulnerable Pato, en lugar de un niño, lo que aportaba mucho más humor a la historia. (De hecho, y como dato curioso, la carta en la que la esposa de Roosevelt pedía esa adaptación a Walt se encuentra en la exposición).

Seguidamente, en la sala de las Leyendas, el visitante podrá descubrir más material gráfico que hace alusión a esas grandes historias tradicionales que fueron llevadas a la gran pantalla por el estudio. Gracias a las adaptaciones de Disney, el gran público recuperó esta parte de su cultura y les dio un significado más universal. En este espacio se hallan bocetos de cintas bastante desconocidas como ‘El Flautista de Hamelín’ (1933), con una estética que recuerda al expresionismo alemán, hasta clásicos como ‘Merlín el Encantador‘ (1963) o ‘Robin Hood’ (1973).

La antepenúltima sala es la más desconocida sin duda. En ella se habla de los Tall Tales, cuentos norteamericanos que nos quedan bastante lejos por su temática y contexto. Ambientados en el folklore e historia estadounidense, encontraremos una gran cantidad de material gráfico de unas historias que intentan transmitir valores como el trabajo duro o la perseverancia.

Por último, y quizás llegando a la sala más esperada por todos los visitantes, llegamos a lugar dedicado a los Cuentos de Hadas. Walt Disney y su estudio ha adaptado los cuentos más populares de distintas culturas, llevando a todo el mundo esas historias propias de Europa y convirtiendo el género en algo dedicado no solo para los niños, sino en un entretenimiento que no distingue entre mayores y pequeños. Tanto es así que si uno ve los carteles promocionales de la película ‘Blancanieves y los siete enanitos ‘(1937) bien pudiera parecer que está ante la promoción de una cinta de terror de Serie B.

Algunos de los bocetos y láminas más interesantes de la sala son los de Marc Davis, de ‘La bella durmiente’ (1959) o toda la inventiva gráfica que surge en la mente de Kay Nielsen y Glen Keane, cuando se comenzó a adaptar ‘La Sirenita’ (1989). Por último, y adentrándonos en el arte digital, la muestra cierra con el trabajo de preproducción de ‘Frozen: el reino del hielo‘ (2013). Es curioso descubrir aquí que los bocetos y dibujos previos parecen seguir siendo al estilo tradicional, pero en realidad estén realizados con medios digitales. Se descubre también cómo varían los personajes desde que se conciben al principio del proyecto, hasta que son definidos para el arte final de la película.

Por último, he de añadir que esta exposición es realmente mucho más interesante si se visita con guía, ya que suele estar bastante masificada y no se llega a disfrutar sin alguien que te cuente las historias y anécdotas que hay detrás de cada trabajo. Además, otro aspecto negativo que puede tener es que el recorrido que se hace de la historia de Disney es poco significativo y bastante forzado, dejándose fuera los trabajos de arte de cintas tan importantes como ‘Cenicienta’, ‘La bella y la bestia’, ‘Aladdín’ o ‘El Rey León’.

Sin embargo, supone una experiencia muy interesante y enriquecedora para todos aquellos interesados en conocer más sobre el trabajo de producción de una cinta de animación, además de todos a los que como yo, el universo Disney siempre nos ha fascinado.

 

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